LA CONTROVERTIDA SEDE COLEGIAL

Como parece que lo que ha despertado más expectación últimamente ha sido la NUEVA SEDE, no solo por parte de los electores, sino también de los elegibles, hemos colgado nuestras reflexiones, tanto espontáneas, como en contestación a la respuesta que emitió Ramón García Fernández:

 
JAVIER PANADERO (17/12/2010):
Queridos compañeros.
Poco a poco, a base de matizaciones, la candidatura rival va escondiendo y maquillando lo que era su principal punto programático: la nueva sede colegial.
Nuestra candidatura no la ha llevado en su programa, y se ha limitado a transmitir la opinión que ha venido recabando entre compañeros de Alcázar, Valdepeñas, Daimiel, Manzanares, Puertollano, Tomelloso, Ciudad Real, y ayer mismo por la tarde, de Villanueva de los Infantes. Aunque todas son legítimas, hay muchas más opiniones en contra de la nueva sede que a favor.
No discutiré aquí si es conveniente salir de la “cueva”, que es el calificativo que Cipriano da al actual local del Colegio. Sólo diré que es imprescindible y urgente sacar al colectivo de abogados del “TÚNEL” anímico en que se encuentra. Porque ante la atonía del Colegio, ante su debilidad orgánica, lo mismo me da la cueva que el castillo en el aire, todo pasa a segundo plano.
 Ayer mismo Cipriano se dirigía a nosotros por correo electrónico diciendo que en cuanto a la Sede no hará otra cosa que lo que diga en su día la Junta General. Pero lo cierto es que se han hecho ya muchas cosas en pro de ese edificio y sin contar con la Junta General. Para no ser yo quien cuente qué se ha hecho, léelo en la Web del Colegio, en su apartado “Nueva Sede”. Se ha hecho un Concurso nacional para selección del proyecto de edificación; 53 proyectos presentados; 12.000 € en premios, etc., etc., etc.
Respecto a esa Sede, yo no voy a entrar ahora en disquisiciones sobre qué pudiera o no decidir mañana una Junta General. Primero tendría que haber voluntad de convocarla, y no se la ha convocado. Por eso, lo que sí tengo que hacer, como candidato al decanato, es una reflexión en voz alta y formular algunas preguntas:
·        La primera es que hacían falta estas elecciones, que otra candidatura diera el paso y recorriera la provincia, para que se tomara consciencia de que la gran mayoría de los compañeros no quieren que se edifique esa sede; y de que no se puede seguir avanzando en el proyecto estrella de la otra candidatura sin convocar a la Junta General.
·        La segunda es si no era más lógico empezar la nueva sede por el cimiento, en lugar de por el tejado. Es decir, si no era más lógico empezar por recabar la opinión y autorización de la Junta General, en lugar de dejarla para el postre, como parece que se pretende.
·        Y al hilo de lo anterior se me ocurre la tercera reflexión y primera pregunta: Si todavía hoy, 17/12/2010, no se cuenta con la autorización y mandato de la Junta General soberana, ¿quién autorizó y qué hacía la Junta de Gobierno hace dos años celebrando Concursos para elegir proyectos de edificación; qué hacía eligiendo un proyecto para acometer su construcción; y porqué disponía de los fondos colegiales para dar tres premios que importan 12.000 €?.
Y aun más. ¿Cuántos euros de honorarios cuesta ese proyecto elegido y premiado?.
Y si la Junta General cuando se la convoque decide no construir la Sede, ¿cómo nos resarcimos del gasto inútil realizado?; qué hacemos con los cincuenta proyectos que ya tenemos, ¿los vendemos al peso para enjugar en parte los 12.000 € que se habrían tirado?.
Pues querido compañero, casi todas las preguntas se contestan del mismo modo y nos llevan a la conclusión de que en el empeño de la Sede, durante los tres últimos años, se ha actuado al capricho de quien decide, no se ha sondeado ni pensado en la opinión de los compañeros, es decir, en la Junta General, y se ha hecho y gastado a la ligera. SE HA CONSTRUIDO LA SEDE POR EL TEJADO.
            Recibe un fuerte abrazo.
            Javier Panadero.

JAVIER PANADERO (21/12/2010):
Apreciado Ramón (García Fernandez).
Tras leer tu respuesta a mi anterior escrito sobre la sede colegial, y dejarlo reposar, te contesto yo también y con ello cierro por mi parte éste Gran Hermano togado que estamos representando.
De mi escrito precedente siento el enojo que ha generado en ti, y del tuyo siento la perplejidad en la que me tiene sumido a mi. Sin duda que debí de expresarme muy mal para llevarte a tamaña confusión, de ahí que me sienta en la obligación de sacarte de ella.
Cuando yo escribía “poco a poco, a base de matizaciones, la candidatura rival va escondiendo y maquillando lo que era su principal punto programático: la nueva sede colegial”, quería decir exactamente eso, y no lo que tu has entendido. Me refería simplemente a que, aunque empezasteis defendiendo la construcción de la nueva sede como primero de vuestros proyectos, os  habéis ido poco a poco desprendiendo de él, como si fuera un lastre, como si os estorbara.
Malinterpretando ese sencillo razonamiento, lo has cambiado todo y me achacas haber acusado a la Junta de Gobierno de “esconder, maquillar y ejecutar gastos en dicho proyecto sin la autorización de la Junta General”. Ya ves. Utilizando solo dos de mis palabras: esconder y maquillar, y agregando tu en tu escrito una palabra más, que yo no he utilizado en todo mi escrito: Presupuesto, lo has cambiado todo, y tu te has sentido calumniado y a mi me has convertido en calumniador.  ¡Con sólo tres palabras cambiadas de sitio!.
La evidencia del malentendido es que los gastos realizados en pro de la nueva sede no han sido escondidos ni maquillados, ni por ti ni por nadie. Todos los vemos publicados en la Web colegial con meridiana claridad. Por eso yo no podía decir que estuvieran ocultos,  y no lo he dicho. Al revés, he indicado a nuestros compañeros donde podían verlos y comprobarlo.
He dicho simplemente, o quería decir dado lo mal que se me interpreta, que también se aprecia con meridiana claridad que tras rechazar la Junta General en 2.004 la compra de un solar por 300.000 €, no se ha vuelto a recabar el permiso de la Junta General para nada relacionado con ese proyecto constructivo. Y cierto es que el Ayuntamiento nos cedió demanialmente una parcela por setenta y cinco años, pero cierto es también que eso solo resuelve el problema del suelo, no el de la construcción. Luego, digo yo, que habrá que pedir permiso a la Junta General para construir. Y también por eso se me ocurría que tal vez hubiera sido mejor comenzar por el tener concedido el permiso, y después hacer los gastos, y no al revés.
Como antes te decía, yo he aludido a gastos, no a tu Presupuesto. Aunque ya que lo traes a colación, te diré que creo que existe una marcada tendencia por la cual los Presupuestos nunca son demasiado detallados. No es un pecadillo nuevo; es de tradición. Y es que en todos los sitios pasa igual, y un presupuesto detallado es un engorro. Es como una chaqueta estrecha: te aprisiona, no deja moverte con desenvoltura, y acaba por dolerte todo. Hasta la cabeza. Por eso lo mejor es dejarlos holgados, y expresados con pocas palabras. Para reescribir. Y si hay subvenciones, es mejor no escribir de quien ni para qué, pues andando el tiempo siempre surgirá algo subvencionable. Y con los “nuevos proyectos” pasa exactamente igual. Con todos los que puede haber (firma electrónica, colaboraciones con la Universidad para el acceso a la profesión, Escuela de Práctica Jurídica, nueva sede, SIGA), es preferible no detallar ninguno, que ya surgirá la ocasión de hacerlo y aplicarlo al más conveniente. Lo ves, Ramón, aunque no voy a las Juntas Generales parece que he estado en todas.
Siento de veras haberte ofendido sin querer hacerlo, y el berrinche que te has dado por mi causa. Sucede conmigo que soy una persona de muy fuertes convicciones, lo que me trae de cabeza, pues ese modo de ser genera en mí un grave defecto que padezco: la vehemencia; pero también una importante virtud: la sinceridad. De modo que si con mi vehemencia te ofendí, te pido perdón; y si pública fue la ofensa, justo será que pública sea la disculpa. Lo siento.
Pero si te ofendí con mi sinceridad, por ella no puedo disculparme, porque se la debo a nuestros compañeros.
 Ramón, acepta un sincero abrazo.
Javier.

ENRIQUE GARCÍA HERRERA (22/12/2010)
Estimado Ramón:
Antes de nada, tienes que reconocer que para decir lo que ha dicho Javier Panadero en relación con la nueva sede y para responder a tu contestación no hacía falta ir a ninguna Junta General. Yo reconozco que tú vas a todas desde que eres Tesorero, aunque no recuerdo que fueras antes. Ni tú, ni los miembros de la Junta con la que has trabajado todos estos años. Y lo peor es que, cuando ya no seas Tesorero, sea cuando sea, es posible que dejes de acudir. Suele pasar, nos presentamos a las elecciones y si resultamos elegidos hacemos “lo que podemos”; si los elegidos son otros, nos retiramos a otros menesteres como si nunca hubiéramos tenido interés por el colectivo, quizá como si solo hubiéramos tenido interés por nosotros mismos.
Algunos, muy pocos, con independencia de ser o no representantes de los demás, pensamos que si hacemos algo por el colegio, como institución, lo estamos haciendo por todos los compañeros, incluidos nosotros mismos. Eso es lo que nos lleva a seguir ahí, siempre, unas veces en primera fila, otras veces en la última.
Todo esto sólo nos confirma lo que venimos diciendo durante estos días: que el colegiado no se identifica con su colegio, que no lo siente como algo propio. A nadie le importa demasiado lo que hace o deja de hacer. Nada es importante, salvo que nos “toquen el bolsillo” y, si me apuras, solo si el “toque” es de cierta entidad. Y la culpa de eso, de la lejanía, de la desidia, no es tuya, no es solo tuya, es de todos, pero sobre todo de los que hemos tenido alguna responsabilidad en la representación de nuestros compañeros al no haber sabido ilusionarlos, implicarlos y, en definitiva, trasladarles todo lo que es y puede ser un colegio. ¡Qué fuerza tendríamos si la mayoría estuviéramos unidos e implicados!
Quizá por eso, por la falta de interés por el colegio y por lo del “bolsillo”, cuando en 2004 propusisteis gastar 300.000,00 euros en un solar para construir una sede colegial los compañeros acudieron a la Junta General y se rechazó vuestra propuesta.
Seguramente fue un varapalo para vosotros que, sin duda, lo propusisteis con vuestra mejor intención. Quizá también fue una lección para todos: si alguien quiere gastar lo de todos para algo extraordinario antes debe convencer al colectivo de su necesidad y, después, someter a su aprobación cada paso que se dé en ese sentido.
Quizá por eso, siempre decís que CUALQUIER CUESTIÓN RELACIONADA CON LA SEDE SERÁ SOMETIDA A APROBACIÓN. Sin embargo, déjame que piense que, a pesar de lo dicho, las cosas no se han hecho del todo así. Sí, déjame que lo piense, aunque no te guste lo que pienso.
No hace falta ir a ninguna Junta General de todas las celebradas para recordar que, desde la desaprobación de la compra del solar,  jamás se ha incluido en éstas un solo punto del orden del día proponiendo la aprobación de una cuestión o gasto concreto sobre el estudio o la construcción de una nueva sede.

Sin embargo, sí que recuerdo (yo he ido a varias; no sé por qué lo niegas) que, en alguna ocasión, ha surgido (que no acordado) algún comentario sobre este asunto, siempre con un contenido absolutamente general, laxo e indeterminado, propio del momento en el que surgen, en el apartado de ruegos y preguntas. De ahí puede tirarse del hilo y, con el conocimiento solamente de los que están allí, arrancar un “mandato” de hacer o gastar algo para lo que sea.

Y es que para ser realmente fiel a lo que se dice, hay que hacer las cosas de forma que no quepa duda de cómo se hacen. Yo, de haber sido vosotros, habría sometido tales cuestiones a todos los colegiados de una forma directa, negro sobre blanco, a través de una Junta General Extraordinaria, exclusivamente para ello. También habría explicado, por ejemplo, que el gasto del concurso sería de 12.000 euros, el porqué de éste y la forma de financiarlo. De esa manera, ni yo, ni nadie, tendríamos motivos para pensar que las cosas se han hecho mal. Pero NO SE HA HECHO ASÍ.

Estaremos de acuerdo en que lo que yo propongo es mucho más difícil, pero también mucho más transparente.

Por eso no me parece demasiado serio decir que todo ha sido aprobado en Junta General simplemente porque lo que se ha gastado “encaja” en esta u otra partida del presupuesto. ¡Estaría bueno que no fuera así!

Por otro lado, pienso también que los presupuestos suelen proponerse con una antelación insuficiente. ¿No será que se piensa que de todas formas no interesan?. Este año, por ejemplo, nos han llegado solo dos días antes de su aprobación. En ocasiones ni siquiera han sido colgados en la web a tiempo y nos los hemos encontrado en la propia asamblea, explicándonos que había sido por error o fallo técnico. Recuerdo alguna disculpa de nuestro Decano por ello.

También por eso me parece poco acertado decir que por aprobar el presupuesto del año 2008 y contener éste una partida de 18.000,00 euros denominada “NUEVOS PROYECTOS” se ha obtenido la aprobación para gastar 12.000,00 en un concurso sobre la nueva sede. ¿Por qué no se denominó a esa partida “proyecto de construcción de la nueva sede”? ¿Por qué os resistís a ponerle nombre y apellidos a esas partidas presupuestarias? ¿No sería esto mucho más coherente con vuestro compromiso de someter a aprobación todo lo que tiene que ver con la construcción de una nueva sede? Ya lo he dicho antes, eso es mucho más difícil, aunque mucho más transparente.

Pondré otro ejemplo (así también sirve para que quienes no van a las Juntas Generales sepan cómo es la dinámica de éstas): El últimos presupuesto, el del 2010, aprobado en diciembre de 2009, contenía una partida de “GASTOS IMPREVISTOS NO PRESUPUESTADOS INICIALMENTE Y NUEVOS PROYECTOS” por importe de 45.522,01 euros. Os pregunté en la asamblea por qué esa partida era tan abultada y, a la vez, se subían las cuotas (aunque solo fuera un euro o dos). Si por la subida de cuotas nuestros ingresos aumentaban unos 8000 euros ¿por qué no dejábamos las cuotas como estaban si teníamos más de 45.000 euros sin destino? Me explicaste que la partida provenía de la diferencia entre el IVA soportado y el repercutido y que ésta iría aumentando con los años. Contesté que seguía pareciéndome incorrecto que existiera la posibilidad de gastar grandes cantidades sin previsión previa. Entonces, Luis Manuel Cañizares respondió que esa partida era importante porque había que subvencionar la asistencia a congresos. Le contesté - con cierta indignación, por cierto- que eso no podía ser, puesto que había otra partida por importe de 6.000,00 euros denominada “Gastos asistencia Congresos”. Ante aquella situación, Cipriano zanjó el asunto diciendo que ya estaba todo suficientemente explicado y que, por tanto, pasábamos a la aprobación de los mismos. YO NO LOS APROBÉ.

Con este ejemplo y atendiendo a vuestros argumentos ¿si se hubieran gastado 10.000 euros de esos 45.000 euros presupuestados para GASTOS IMPREVISTOS Y NUEVOS PROYECTOS con motivo, por ejemplo, de modificar el proyecto ganador para rebajar su coste a la mitad, estaría refrendado por la Junta General por haberse aprobado la citada partida? La respuesta es obvia, al menos para mí.

Por eso no me parecen válidos tales argumentos.

Por último, solo quiero dejar claro, una vez más (a Cipriano se lo dije personalmente el día de la copa de Navidad) que si critico vuestra actuación, no os critico a vosotros personalmente. No critico a Cipriano, ni a Elena, ni a ti, Ramón, critico a nuestro Decano, nuestra Diputada 2ª o nuestro Tesorero. Es básico asumir desde que uno decide desempeñar un cargo de representación que estará sometido a la crítica.  Sería impensable que mil cien compañeros pensásemos igual

Me sorprende, también, descubrir que de todas esas críticas, de todas nuestras ideas, de todas nuestras reflexiones, ni una sola, ni la más pequeña, pueda estar mínimamente bien orientada y sirva para que el colegio mejore. No os he oído reconocer ni un solo error en estos ocho años.

Solo espero que, si finalmente somos nosotros los elegidos, vosotros sigáis estando ahí para orientarnos, para criticarnos y para sacarnos de nuestros errores, porque seguro que nosotros, aunque con la mejor intención, nos equivocaremos. Somos humanos. Sin duda, todo servirá para CONSEGUIR UN COLEGIO MEJOR Y MÁS ÚTIL POR Y PARA TODOS.

Atentamente,

                Enrique García Herrera